Me he dado cuenta de que son muchos los apasionados por la fotografía que compran cámaras reflex digitales sin motor de enfoque, porque parecen más económicas que las que lo traen incorporado en su cuerpo. Si bien es cierto esta afirmación es correcta, con el tiempo los usuarios, al ir comprando nuevos objetivos, se ven obligados a adquirir los que vienen provistos de dicho motor, ya que son los únicos que pueden funcionar en AF con las cámaras que no disponen del motor de enfoque. Si un aficionado adquiere una cámara y le basta disponer sólo del zoom que ésta trae de fábrica, por lo que no le interesará complementar posteriormente su equipo agregando nuevos objetivos, tal vez no le perjudique comprar una reflex sin motor de enfoque. Pero quienes piensen en ir agregando nuevos y variados objetivos se percatarán de que el ahorro que se hizo al comienzo, al adquirir una cámara sin motor de enfoque, les saldrá más caro, ya que sólo podrán elegir aquellos que lo traigan incorporado, y que por este motivo tienen un costo más elevado que los que no lo tienen incluido. En cambio una cámara que dispone del motor de enfoque le permite a su dueño comprar cualquier objetivo, incluso si la cámara es relativamente avanzada como la Nikon D7000 o más reciente, brinda la posibilidad de usar en ella hasta las ópticas manuales más antiguas.
En definitiva mi consejo es que se planteen bien, antes de comprar una cámara, si les bastará con el el zoom 18-55mm que viene en el kit o si irán adquiriendo más objetivos con el tiempo. Teniendo esa idea clara podrán comprar en forma certera la cámara que más les convenga.
Rodrigo Pélissier
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