sábado, 5 de marzo de 2016

APRENDIENDO A FOTOGRAFIAR NIÑOS

APRENDIENDO A FOTOGRAFIAR NIÑOS



 En esta ocasión te aconsejaré para que consigas las mejores fotografías de niños. A menudo veo en las plazas o playas como los papás fotografían a sus hijos, con cámaras o celulares, cometiendo errores que no favorecen en nada al niño en esa fotografía que quieren guardar de recuerdo y compartir con sus familiares y amistades.
                                                                                                        

¿Dónde ubicar la cámara?
    Es muy importante la altura a la que ubicas la cámara, por lo que es recomendable que el fotógrafo se agache para que el lente quede a la altura de los ojos de estas personas bajitas. Si los niños son captados con una toma picada (desde arriba hacia abajo) aparecerán disminuidos en la fotografía, en cambio si la cámara se ubica a la altura de sus miradas obtendrán protagonismo en las fotografías. Esto que he comentado no quiere decir que “nunca” se deba fotografiar a los niños desde una posición elevada, y tampoco que no se puedan captar desde una ubicación inferior a la de sus miradas en una toma contrapicada (desde abajo hacia arriba). El contrapicado le da mucha fuerza a la presencia del niño, porque lo hace ver más grande de lo que es realmente, pero es un recurso que debe emplearse sólo a veces, cuando se justifique. Daré un ejemplo para asegurarme de que la idea se entienda bien. En las películas, cuando un acusado aparece frente a un juez, éste último habitualmente es mostrado con una toma contrapicada para que se vea imponente en la imagen, logrando un efecto de superioridad. En cambio al acusado se le muestra desde una posición elevada de la cámara, mirándolo desde arriba hacia abajo, para transmitir la sensación psicológica de inferioridad ante la figura del juez. En las tomas habituales, es decir, con la cámara a la altura de los ojos, se capta a los personajes como se perciben normalmente, de igual a igual.

                               Cómo evitar fotografías sin gracia
    Un buen consejo para lograr fotografías interesantes de los niños es tomarlos cuando están ocupados en alguna actividad. Por eso si decides fotografiarlos en el parque, en la playa, en el patio de su casa o en interiores es pertinente entregarles algún juguete que les guste o que se distraigan con alguna mascota, así se olvidarán de la presencia de la cámara y conseguirás situaciones espontáneas en que los pequeños reirán o incluso podrían llorar si se les revienta un globo por ejemplo.  Son esas emociones las que se deben plasmar para que no sea sólo una imagen más sin gracia, de esas existen muchas, sino una gran fotografía que den deseos de observar y compartir. Además, y tal vez lo más importante, reflejará la esencia del niño cuando pasen los años.

La luz, tema fundamental en fotografía
    No sólo se pueden realizar fotografías de los niños durante los días soleados del verano, las nubes en el cielo nos dan una luz suave que conviene utilizar. El balance de blancos de la cámara debe ajustarse de acuerdo a cada situación lumínica (en textos previos he explicado esto en profundidad).
    Si vas a fotografiar en un día despejado es recomendable que sea en la mañana o en la tarde, no cerca del mediodía, porque el Sol directo crea sombras desagradables en el rostro humano; en la cuenca de los ojos, debajo de la nariz y en el mentón. En estas situaciones no conviene que los pequeños modelos enfrenten el Sol, porque su brillo los obligará a cerrar los ojos malogrando tus fotografías. Para remediar este inconveniente puedes poner al niño de espalda al Sol, así tendrás en su rostro una luz pareja, que no le producirá molestias y tampoco brindará sombras duras, pero es totalmente necesario que midas la luz sobre su rostro en “sombra”, y si tienes un cartón gris que refleje el 18% de la luz tanto mejor (en textos anteriores he explicado más a fondo como medir la luz).  Como los ajustes se harán en base a la luz que refleja el rostro “a la sombra” el contorno de la cabeza y del cuerpo quedará cubierto con una especie de halo muy agradable e intenso. Si quieres que el contraste sea menor entre la cara sombreada y el contorno bañado por el Sol, puedes usar el flash de la cámara o uno externo como relleno a no mucha distancia del modelo. En este caso puedes cerrar en unos dos puntos el diafragma, para que el contorno no quede tan brillante.
    Si las fotografías las harás en un día nublado conviene vestir a los niños con prendas que tengan colores vivos como el rojo o el amarillo para avivar la atmósfera gris característica de esos días, así le darás vida a tus imágenes. Se consiguen muy bonitos resultados. También se logran fotos bellas cuando se toma a estos modelos poco después de que ha dejado de llover.
    Pero si fotografías en interiores intenta usar la luz reflejada que entra por la ventana, no el Sol directo. Si la ventana está a un lado del modelo, coloca en el costado opuesto una superficie blanca para rellenar, es decir, subir un poco el nivel de la luminosidad en el lado que estará subexpuesto. Si la luz de la ventana no es suficiente, puedes usar un flash externo, ojalá no el de la cámara, pero si no tienes otra opción pon delante de él un pañuelo o una servilleta blanca para suavizar su luz. Si el flash es externo haz rebotar su luz en una superficie cercana al modelo. Si las paredes son blancas, aprovéchalas, sino puedes ubicar una cartulina a uno de los lados de la cámara, rebotando la luz hacia el niño, así tendrás una luz suave. Se denomina de esta manera, porque las sombras que produce esta luz son muy tenues. Ese es el resultado que buscamos, generalmente, los fotógrafos. Las superficies que escojas para rebotar la luz deben ser blancas, porque si usas otro color contaminarás la iluminación de la escena con él. También te serviría una superficie gris, pero refleja menos luz.

Cuidado con los fondos
    Es muy común que los aficionados a la fotografía no presten atención a los fondos que aparecerán en sus imágenes, y lamentablemente éstos pueden cobrar mucha importancia al observarse las fotografías. En ocasiones los fondos pueden ser los adecuados para agregarle interés a las imágenes, pero generalmente no es así, porque distraen la atención de los elementos principales, como en este caso que estamos comentando, los niños. Por otro lado los fondos pudieran ser horribles, motivo por el cual tampoco querrías que se vieran en tus fotos. Para estas situaciones afortunadamente existe una opción muy agradable y que permite resaltar a los modelos. Esta técnica que para muchos es conocida, pero no para todos, consiste en desenfocar el fondo haciendo un enfoque selectivo en nuestro modelo, se le conoce como efecto bokeh, desenfoque en japonés. Para producir este bello efecto es necesario emplear diafragmas o aberturas grandes (no todos los objetivos disponen de aberturas muy grandes, motivo por el cual hay lentes que sirven mejor para este próposito). Conviene usar teleobjetivos cortos para este efecto, entre 100 a 135mm. ya que los lentes gran angulares tienden a dejar a foco desde los primeros planos hasta el infinito (fondo). Los teleobjetivos largos, desde el 200mm para arriba aplanan demasiado la perspectiva, al contrario de los gran angulares que la exageran.
    ¿Cómo proceder para realizar el efecto bokeh? Lo primero será ajustar el diafragma, si es posible seleccionar una abertura f1.8, f1.4, f 1.2 o la más grande que tenga tu objetivo. (Conviene aprenderse los diafragmas de memoria). Del más grande al más chico son:
F: 1.2 – 1.4 – 2 - 2.8 – 4 – 5.6 – 8 – 11 – 16 -22  (también se usan los intermedios y los 1/3 de diafragmas. Éstos se denominan con la letra f, porque proviene del inglés frame que significa diafragma). Cada f stop corresponde a un paso o punto de diafragma. Por ejemplo, de un f 2 a un  f 2.8 hay un f stop y así sucesivamente. Si el diafragma se abre un f stop entra el doble de luz al sensor de la cámara, y si se cierra un f stop, llega la mitad de luz al sensor. Lo mismo corre para los tiempos de exposición y el ISO, pero eso lo veremos en otros textos para no complicarlos por ahora.
    Entonces, primero se ajusta una abertura grande, la mayor que nos dé el objetivo, y se mide, con el fotómetro de la cámara, la luz. Como el diafragma debemos mantenerlo abierto, sólo podremos ajustar la luminosidad con el tiempo de exposición o el ISO.
    Las fotografías realizadas con este efecto dan la sensación de que el modelo se despega del fondo a pesar de que la imagen sólo cuenta con dos dimensiones, alto y ancho. Para saber más sobre diafragmas haz clic sobre este texto (video)

Tomando fotografías en un cumpleaños
    En los cumpleaños el fotógrafo debe estar muy atento para fotografiar a los niños de manera espontánea, son impredecibles, pero esa cualidad permite lograr muy buenas fotografías, aunque puede ser un tanto complejo, ya que su energía inagotable los hace desplazarse permanentemente. Cuando se presenta el momento de que el festejado abra sus regalos se produce una muy buena instancia para fotografiarlo junto a sus pequeños invitados, ya que todos estarán pendientes de esta actividad y permanecerán en un solo lugar.
    Al llegar el momento de soplar las velas de la torta, la instancia más esperada en todo cumpleaños, es ideal poder realizar esas fotografías sólo con la luz que ellas proporcionan a la escena,  y no disparar el flash, ya que éste elimina por completo la atmósfera agradable que genera la luz de las velas. Para poder iluminar nuestras fotografías sólo con esa luz será indispensable que dispongamos de un objetivo luminoso, por lo menos su diafragma más grande debería ser un f2.8, aunque sería mejor contar con un f1.8 o mayor. El tiempo de exposición tendrá que ser un tanto largo, pero no demasiado para que la gente no salga movida en la fotografía, puede emplearse 1/60seg. o 1/30seg. con precaución. El ISO de la cámara probablemente habrá que subirlo un poco para poder captar la escasa luminosidad que brindan las velas. La sensibilidad no debe aumentarse mucho, porque produce ruido en la imagen, pierde calidad. No deberías elevar la sensibilidad más allá de un ISO 800, aunque esta recomendación varía según el modelo de cámara que cada uno tenga, por lo que es oportuno conocer muy bien el equipo propio para saber hasta donde le podemos exigir calidad.
    Por último no debemos olvidar otro punto importante que mucha gente olvida o no sabe manejar, me refiero al balance de blancos (WB). Si este ajuste de la cámara no se escoge en forma apropiada, las fotografías adquieren colores distorsionados, dominantes de color. La opción más sencilla es seleccionar el balance de blancos automático en el menú de la cámara, pero si prefieres el ajuste manual tendrás que dejar el balance en el ícono que muestra una ampolleta, dice luz incandescente. Si las fotografías resultan con una pequeña dominante de color amarilla, no es problema, porque da calidez. Si la dominante fuera azul o verde, eso sí supondría un inconveniente que debe resolverse, ya que no sería agradable a la vista. Para saber más sobre el balance de blancos haz clic sobre este texto (video)

 Confío en que estos breves consejos te permitan mejorar notablemente tus fotografías. Si necesitas clases personalizadas de fotografía contáctame en mi correo: rodrigopelissier@gmail.com


 Fotógrafo Rodrigo Pélissier
(Santiago de Chile)
Hago clases de fotografía presenciales

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